Si la historia de la danza se pudiera transformar en “materia” y sus capítulos se pudieran envasar en cajas, podríamos decir que Anna Arboix ha tenido la oportunidad de abrir una de esas cajas y tocar con mano uno de los capítulos mas extraordinarios: la madurez de lo que ha sido una revolución y el inicio (o uno de los inicios) de la danza moderna. Casi niña, la bailarina fue ganadora de una beca de estudios a la escuela de Martha Graham de New York. En ese momento, a sus mas de noventa años y casi ciega, la fundadora se resistía a dejar su escuela. Anna Arboix ha tenido un par de emocionantes encuentros con esta “madre” de la danza contemporánea en eventos en los cuales uno se podía cruzar con ex-alumnos como una cierta Maria Louise Ciccone, que todos conocemos como Madonna, y hasta un improbable Donald Trump, seguramente atraído por las fascinantes personalidades que animaban el caldo de cultivo artistico de la New York de los años 80.
La joven Anna iba a ser entre las ultimas alumnas en coincidir con la mítica Martha y de hecho la única en Cataluña en tener esta experiencia. Se quedó en New York desde el 1989 hasta el 1992. Le he preguntado si en algún momento pensó en quedarse en la capital de la danza moderna, del arte… y de todo lo que desde siempre vemos en las películas y en las series. Anna contesta de que mas allá del encanto, New York y su mundo artístico se rigen según los principios de una competencia brutal, ritmos frenéticos y obsesivos. La mentalidad de estudio americana tiene mas bien la tendencia a exprimir el resultado bajo la máxima presión y se aleja bastante de lo que son la intuición y el descubrimiento empírico que animan la genialidad mediterránea. Juventud, familia y amistades le trajeron de vuelta a su tierra una vez acabados los estudios.

Otra pregunta espontánea es ¿que se siente en haber estado tan cerca de la historia? Todo era diferente en ese entonces. Hoy los alumnos estarían todo el tiempo publicando y etiquetando en Facebook, Instagram, etc., pero esas eran épocas en las cuales había que tener una cámara para grabar un momento y, a menudo, la gente se irritaba cuando pretendías capturar una imagen. O sea, que de esa experiencia quedan escasos recuerdos fotográficos.
Una danza para “veteranos”?
Martha Graham tuvo que dejar de bailar… a los 64 años! Siguieron momentos de fuerte depresión, tal vez porque acallar el cuerpo era como una especie de admisión de que la muerte y el final de todo existen realmente. Sin embargo a los 73 años tuvo la fuerza de reactivarse y volver a crear y participar. Sus coreografías, desde el lejano 1926, se habían centrado sobre temas sociales y, sobre todo, sobre la imagen y el rol de la mujer en la sociedad.

Los movimientos buscaban expresar y no tenían necesariamente que aparecer bellos. La conocida base de contraction-release, estrictamente vinculada a la respiración, puede suavizar, y transmitir paz, pero también puede transformar el movimiento en sollozo. Mientras el ballet pertenece a una personalidad joven, esteticamente impecable y dominada por un rigido esquema de poses, la danza de Graham es la expresividad de una personalidad madura, que reflexiona sobre su estado, obsesionada por los recuerdos, con conflictos internos generados también por el fuerte (y natural) impulso sexual que las normas sociales pretenden disciplinar. Se trata de un mundo mucho mas cercano a una bailarina madura, las hubo de hasta 50 años, que a niñas de 19. Anna admite que en sus épocas en Nueva York añoraba, como era lógico, la levedad y la alegría de un mundo inundado por el sol, acorde con su edad y sus orígenes.
Graham forever, y eso es cierto
Mientras en America la Martha Graham School sigue siendo una institución, en Europa la aventura de la danza contemporánea con inspiraciones dramáticas y teatrales ha crecido bajo la formula del Tanztheater que culminó con la inolvidable coreógrafa Pina Bausch. Sin embargo es infinito el elenco de maestros de contemporáneo que aplican abiertamente o parcialmente los principios de la técnica Graham. Eso sì, un verdadero curso de Técnica Graham es bien distinto de un curso de danza contemporánea. Para empezar, el maestro tiene que disponer de titulo oficial y, sobre todo, la progresión de ejercicios y movimientos está ampliamente codificada y oficializada.
Este verano 2018, Anna empezó nuestro workshop en Sa Nau Dansa diciendo de que se trataba de “una técnica muy poco agradecida” porque hoy en día estamos acostumbrados a la espectacularidad (casi a la acrobacia, diría yo) mas que a la introspección. Entre los alumnos, algunos habían estudiado contemporáneo con nociones de Graham, pero había también principiantes absolutos. La claridad de la tecnica y la paciencia de Anna nos han permitido volver a saborear una especie de reconstrucción filológica de esa época gloriosas y repleta de expectativas, fuente de la modernidad.
Porque estudiar Graham hoy?
Disciplina es la palabra-clave que Martha Graham aplicó sobre todo a sí misma, convencida que el buen bailarín llega a serlo sobre todo por su fuerza de voluntad. La trayectoria personal de la autora -que empezó demasiado tarde sus estudios para ser una bailarina profesional, pero que llegó a plasmar su metodo y hacer historia- es de hecho uno de los principios que rigen el estudio de la Técnica Graham. Para quien empieza a estudiar esta técnica, no se prospecta sin embargo una trayectoria de sangre, sudor y lágrimas! Se trata de estudiar según principios codificados, que desarrollan un fuerte control del cuerpo, del equilibrio y de la respiración, para llegar a dominar una potente gramática expresiva, patrimonio interesante aunque luego se prefieran otras tendencias y estilos.
Para los alumnos adultos que desean ponerse a prueba en esta técnica histórica, Anna Arboix estará dando clases también en Sa Nau Dansa, en Barcelona, a partir del mes de Octubre 2018, los Jueves a las 20:30. Pedir informaciones a sanaudansa@gmail.com o contactar por mensaje WhatsApp -no llamadas- al tel. +34 680967559 (SA NAU dansa i altres arts* C.Gabriel y Galán, 26-28 Bajos 08026 Barcelona).
Texto: Nadia Zamboni Battiston
Fuentes: entrevista con Anna Arboix, Julio 2018. Web, Martha Graham School (marthagraham.edu)
Fotos: Acid Valley Photo (nzb)